Día del Dibujante

La historieta y yo
Por Jericles

Mi iniciación en las historietas fue la colección Puño Fuerte, año ’57, que el Vasco Salaberry le prestó a mi viejo cuando vivíamos en Monte Maíz, y gracias a la cual aprendí a leer.
Después llegaron los entrañables personajes de Ferro en las Patoruzú que leía en casa de mi tío: Tara Service, Bólido, Pandora… ¡Cómo esperaba cada mes la "Patoruzito"!
Mi vecino Oscar Vergara dibujaba historietas como nadie. Pero en aquella época vivir en el interior del interior era un obstáculo demasiado grande para poder publicar.
…Y en eso llegó Mafalda. Me costó poco identificarme totalmente con el introvertido Felipe, escandalosamente inspirado en mi vida (¿de dónde me conocía Quino?). La leíamos con el John Palacios, en el medio de nuestros enfrentamientos de ajedrez y ping-pong a la hora de la siesta.
Odiaba al Pato Donald, y que los españoles llamaran "tebeos" a las historietas. Supe pertenecer al Club de Fans de "Mi novia y yo", Nippur, Pepe Sánchez y Dennis Martin, todos del staff Columba. Y en Hortensia mi gran debilidad era "García y la máquina de hacer pájaros"
Pero el personaje preferido de mi adolescencia era El Fantasma, ese tipo que tenía un misterio indescifrable: ¡¿cómo carajo podía vivir cuatrocientos años, usando siempre la misma ropa…?!
Gustaba de Narda, el minón de Mandrake, y deseaba fervientemente que en algún capítulo Olivia lo pateara a Popeye y se quedara con Brutus…
En la Humor estaban "Vida Interior" y "Las Puertitas del Señor López", dos obras maestras.
Descubrí a Boggie e Inodoro Pereyra, el mejor de todos los tiempos. Y al querible "Troncozo, el sapucay ancestral del Iberá", de Crist. Y a los alucinantes "Juan y el Preguntón" y "El mago Fafá", de Bróccoli.
En los ochenta tuve mi primer "hijo", Américo el Poeta, al que siguieron Salvatierra y Zenón. Holmes, el detective agrícola-ganadero. ¡Y vi parir a Charly Huesos y Pablito, de Furnier y el Pepe Angonoa!
En Río Revuelto me di el lujo de publicar cosas increíbles del viejo maestro riocuartense Yabar, que en Frontera dibujó guiones de Oesterheld… ¡y no se jactó nunca de eso!
Ya en una de mis columnas hablé sobre la delantera de la caricatura, formada por Sabat, Cascioli, Delfini, Nine e Izquierdo Brown...
Con mi compañero de ruta Ham hicimos El diario de Colón, con ¡365! chistes sobre el tema, y que áun se lee en los colegios de Río Cuarto...
Me hice adicto al SuperHumor, con Mandrafina, Trillo, los Breccia y Altuna. Tenía unos reportajes increíbles (hay uno de Limura que releo todos los meses)
¡Y la Fierro, con esas tapas de Chichoni! ¡Y Pelopincho y Cachirula, el Corto Maltés de Hugo Pratt, Don Fulgencio, Ramona, las historietas de Rep, el Fort Brigitte del inconmensurable Limura, Falluteli, el doctor Merengue, Doña María, El Hormiga Soria, la familia Bestiola, el Cureta de Meiji-Ceo, la ratoneadora Clara de Noche, de Maicas-Trillo-Bernet , Primer Mundo, Lupin, Capicúa, Afanancio, la melancólica ternura de Snoopy, Zazá de Ortiz, El Eternauta, Milo Manara, todos ellos le aportaron momentos mágicos a mi vida…!

¡Feliz día, dibujantes! Y gracias por todo…
(Y perdón por los olvidos, que deben ser miles y ya se encargarán cruelmente de echármelos en cara...)