¡Como folklorista fui discriminado!

¡A los ocho años cantaba en el grupo folklórico
Los Changuitos Sureños… ¡y fui discriminado!

Corría el año 1962, y la fiebre por el folklore crecía hasta explotar en cada rincón del país. Nuestro Barrio Obrero en La Carlota no podía ser ajeno a ese fenómeno, y en la peluquería del mítico Gordo Tortorelli un buen día se formó el conjunto folklórico Los Changuitos Sureños (la edad de sus integrantes iba desde los ocho a los doce años )
El manager era doña Petra Burlet, que aportaba dos hijos: el Calolo y la Cuqui. También estaban el Roberto Gil, el Gringo Funes, mi hermano Cacho y un servidor. Además formaron parte de la agrupación Guadaña González y Huevito Sánchez.
El repertorio comprendía casi exclusivamente canciones de Los Fronterizos (recuerdo especialmente Noches Isleñas y Zamba del Carbonero, donde yo imitaba descaradamente a Gerardo López), y actuábamos en los corsos carlotenses y en los concursos que cada domingo, con premios a los más votados incluidos, organizaba Alfa Propaganda, conducido por Chiquita Federighi y Ennio Garzón Itarte. (¡Era 1962! ¡Y pensar que la tele de ahora cree que inventó la pólvora descubriendo talentos infantiles!).
Pero el tema que nos convoca pasó un domingo pasado el mediodía. Volvíamos de Alfa Propaganda con el primer premio a cuestas (un cinto), cuando un integrante del conjunto (el trauma que me produjo me impidió recordar quién era…) me dio la noticia: a partir de ese momento me desvinculaban de Los Changuitos Sureños por una cuestión de imagen… ¡POR IR A ACTUAR DE PANTALONES CORTOS!
Con el tiempo hubo algunos intentos de formar un dúo (primero con el Flaco Funes, después con Fuga Galván), pero terminaron en fracaso. Sólo tuve fugaces apariciones en los asados y cuando salíamos de serenata en Nochebuena, pero quedó en eso: mis sueños de triunfar en Cosquín se habían derrumbado antes de cumplir los diez años, por culpa de la intolerancia discriminatoria... ¡y de mis ridículos pantalones cortos!